DELTA DEL OKAVANGO
Delta del Okavango, Botswana.
Nada parecido ocurre en toda la Tierra. El río Okavango, tras avanzar lentamente desde las tierras altas de Angola, en lugar de desembocar en el mar forma un abanico fluvial en mitad del desierto, desgajándose hasta desaparecer por un laberinto de canales, lagunas e islas a lo largo y ancho de unos 16.000 ó 22.000 kilómetros cuadrados, según los caprichos de sus crecidas. Paladear la serenidad y la fuerza de semejante escenario recompensa con creces el haber llegado hasta esta extraordinaria esquina de Botswana. Sin embargo, todavía hay más. Y es que esta inmensidad anfibia está habitada por una barbaridad de fauna salvaje, incluidos los cinco grandes del safari: el elefante, el búfalo, el rinoceronte, el leopardo y el león, con la particularidad de que estos últimos, a causa de los flujos y reflujos de las aguas, en ocasiones se ven obligados a darse un chapuzón para dar caza a sus presas, añadiéndole al Okavango la singularidad extra de sus leones nadadores.